Como detectar la dependencia emocional y cuáles son sus causas

Cuando hablamos de dependencia emocional, dónde más solemos identificarla, enfocar y dar significado es a través de la dependencia hacia la pareja. Es importante destacar y tomar consciencia que una dependencia, sea del estilo que sea, ya está hablando de que existe un desequilibrio en nuestra vida. Nos indica que hemos cedido, regalado nuestro poder, autoestima y valía a algo externo a nosotros. 

¿Qué es la dependencia según la RAE?

  • Subordinación a un poder.
  • Situación de una persona que no puede valerse por sí misma.
  • Necesidad compulsiva de alguna sustancia, como alcohol, tabaco o drogas, para experimentar sus efectos y calmar el malestar producido por su privación.

Pero…

¿Solamente regalamos nuestro poder y valía a nuestra pareja? Claramente NO. 

Podemos generar cualquier tipo de dependencia; a sustancias estupefacientes, máquinas, personas, pero también a situaciones y emociones. Es sumamente importante al hablar de dependencias ser muy conscientes de buscar e investigar la dependencia que tenemos en un primer momento a nuestras situaciones de la vida cotidiana. Situaciones que pueden ser dolorosas, difíciles, incómodas, todo lo que quieras pero que, sin darte cuenta, son situaciones que te han enganchado y empiezas a vivir bajo un secuestro emocional que empezará a controlar y dirigir tu vida.

dependencia emocional y su causas
Secuestro Emocional

 

Estas fases primerizas de la dependencia emocional dará paso a otras que se producirán con las parejas, con las relaciones interpersonales, con substancias, con el juego, etc. 

El contexto disfuncional

Delante de un contexto disfuncional, ya sea familia, estrés, situación de peligro o abandono, el organismo segrega una serie de sustancias químicas para que el ser humano se pueda adaptar al entorno y asegurar su supervivencia. Así el organismo se acostumbra y empieza a necesitar el “chute” de esas sustancias químicas de manera continuada y que cada día se hace más habitual.

Entonces ¿Cómo podemos detectar que somos emocionalmente dependientes?

Hay que buscar y crear situaciones en las que el organismo necesite segregar las sustancias químicas a las que se ha acostumbrado y de esta manera se van estructurando personas en situación de estrés para mantener esa dependencia emocional al rechazo, a la presión, a la tristeza, el miedo, etc.

  •  Y una de las maneras más fáciles de poder empezar a revivir esta dependencia emocional, empieza por la necesidad de agradar.

Esta gran necesidad por agradar, ya vivida anteriormente, lleva a buscar personas, relaciones, con problemas que acaban por comportarse como adicciones a sustancias, ludopatía, o con la misma dependencia emocional que la suya. En definitiva, débiles en algún sentido para poder así esconder su dependencia emocional.

  • Para no reconocerla tienen una excesiva necesidad de garantizar el bienestar del otro, asumiendo la pesada carga de sus problemas como si fuesen los suyos propios y tratando, a toda costa, de resolverlos.
  • Priorizan el cuidado de la pareja anteponiéndolo a sus propias necesidades. Con lo cual, a lo largo del tiempo de ocuparse del otro, se produce un malestar, rabia y resentimiento que cuesta de gestionar. El rol que adopta el dependiente emocional es el de cuidador/salvador del mundo.

Toda esta situación se va produciendo de manera “natural” sin ni siquiera ser consciente de los comportamientos que se producen para poder seguir “alimentando“ su dependencia emocional. 

  • Comportamientos de sumisión, miedo a la soledad y al abandono, adopción de una posición inferior en las relaciones, poder llegar a soportar maltrato físico o verbal, con tal de seguir dependiendo emocionalmente de su pareja.
  • Personas poco autónomas, que empiezan a sentirse poco capaces de valerse por sí mismas. Generan la necesidad de ser sobreprotegidas y con una necesidad de ayuda constante de los demás para tomar decisiones y asumir sus responsabilidades. 
  • Se depende de la pareja para cubrir carencias afectivas. Pese al malestar y al sufrimiento que la relación le pueda causar se sienten incapaces de dejarla, convirtiendo los intentos de salir del «infierno» en fracaso.

¿Qué buscan aquellos que acuden a mi consulta?

Normalmente, las personas que acuden a mi consulta, lo hacen para superar sus conflictos con otras personas, para que la otra persona cambie si es posible, sin saber que la causa de los mismos está en su dependencia emocional. 

Cuando un organismo se ha adaptado a un entorno (miedo, rechazo, ira, tristeza…)  y ha conseguido su supervivencia, al intentar cambiarlo (alegría, optimismo, vida, curiosidad…) entrará en un proceso similar al síndrome de abstinencia.

Se vive un deseo casi inconsciente e irrefrenable de volver a consumir la sustancia que ha hecho al cerebro segregar esas sustancias químicas durante mucho tiempo. Estas sustancias pueden ser situaciones de estrés, miedo, rechazo, ira, tristeza, depresión, etc.

Propiciando así un estado de irritabilidad, cambios en el carácter y, en función de la sustancia adictiva, los síntomas pueden producir:

Temblor, debilidad, náuseas, dolor de cabeza, insomnio, problemas de concentración, aumento o pérdida de apetito y de peso, respiración agitada, lagrimeo, sensación de alerta, aumento del ritmo cardíaco, dolor muscular, depresión.

El organismo se adapta a la presencia de estas sustancias y el cerebro cambia de estructura, creyendo que solo puede funcionar normalmente si cuenta con estas sustancias.

Así que necesitará crear las situaciones adecuadas para proporcionar la “dosis” necesaria para su supervivencia.

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